sábado, 13 de diciembre de 2008

LOS "KEBRACHOS" DEL FPV

Para que exista dialogo, deben existir dos partes. O dos pares, dispuestos a hablar, a discutir, a consensuar, a negociar posiciones. El Cisma que se observa hoy en el país, enfrenta no a dos pares, sino a dos adversarios, casi enemigos en algunos casos. Dos concepciones excluyentes de la otra, encerradas en si mismas y con una enorme dosis de intolerancia. Dos verdades “absolutas” contrapuestas y que parecieran de dos planetas distintos. Se ve en cada manifestación, en cada discurso, y en el Congreso cuando se habla para cada grupo de pertenencia y no para el total y mucho menos para negociar con el grupo enfrentado. Vemos así como no hay respuestas que demuestren supuestos errores, sino agresiones que descalifican al otro y su posición. Se inventan dos proyectos de ley, dos resoluciones, dos leyes y hasta dos Constituciones en el afán de imponer por la fuerza de los gritos y de la obcecación determinada “verdad”. Lo que para unos es delito, para otros es normal o beneficioso para todos. Como se instrumenta el Indec, los blanqueos, la administración de fondos previsionales y hasta valijas de contrabando de dólares se suman a leyes de Punto Final, Obediencia Debida, Indultos presidenciales, privatizaciones y tantas medidas de ayer que se aplauden o se anulan como si nunca hubiesen existido legalmente. Y casi siempre los actores son los mismos, aunque muden de ropaje, ideas y bando. Imposible entonces el dialogo constructivo en una Argentina que se resiste así a dejar de ser Argenzuela. Sostengo que así nos van llevando a un enfrentamiento feroz y terminal, donde –como en otros países – un sector prevalezca sobre el otro definitivamente, aportando sus reglas de juego únicas y generales a dirigentes que al sucederse en la alternancia del poder no destruyan todo lo hecho por el anterior y reinicie la marcha hacia dirección opuesta. ¿Dejaremos así de confundir una marcha callejera de protesta con avanzar hacia una meta? ARGENTINA RESISTE

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