domingo, 13 de diciembre de 2009

ELLOS Y NOSOTROS, la constante argentina

¡Siempre la Argentina dividida! Crecí sabiendo que no convenía decir a extraños que éramos una familia peronista. Al ser de clase media media, el entorno no ayudaba pues nos rodeaba el gorilismo. Escuchando en la cocina discos del General, lejos de ventanas y puertas al exterior, sin gritos. Tíos sindicalistas, en la Resistencia, esperando el “avión negro”, mis padres sin saber como discutíamos ya en el secundario, con otros compañeros de escuela con padres radicales. Ya en los setentas, sindicalista bancario y peronista, en un gremio no precisamente comprometido con el Luche y Vuelve, siempre con sensación que la mayoría estaba en otro lado, no junto a uno. En la universidad empezó el cambio, había que ser “progre” y muchos –y muchísimas- eran “peronistas de izquierda”… si hasta los radicales tenían su Franja Morada a tono con la época y moda. ¡Brandoni explicaba su “metier” al General! Pero duro poco, otra vez la división, ahora con “la tendencia”, esos que pretendían enseñarle peronismo a Perón y Rucci. Lanzados, manejados por una cúpula insensata y corrupta, fueron negociados y entregados a los encargados de la “tarea sucia”, los milicos. Nuevamente ellos y nosotros. Pero ahora la infiltración era en todos los estamentos de la Nación, no solo el MNJ. Sindicatos, policías, justicia, cultura y educación fueron perdiendo sus valores innatos por otros, rastreros, llevando al robo, el asesinato, la tortura y la falsedad ideológica que todo lo justifica. Si la fuerza es el derecho de las bestias, estas bestias ahora robaban y mataban en beneficio propio, con la excusa de una guerra interna. Desaparecieron hombres y mujeres pero también fortunas, empresas y proyectos de vida, futuro de toda Nación. La democracia no recupero dichos valores, mas bien permitió con sus libertinajes –derechos sin obligaciones- que hoy los Grupos de Tareas sean superados por la Narcodelincuencia. El año 2000 nos encontró divididos y dominados por la narcopolitica. Y seguimos ellos y nosotros, devenidos en corruptos totales, solo imagen, sellos y etiquetas, sin contenido alguno los primeros y en amorfas reacciones convulsivas, buscando un interprete común, negándonos a rendirse, los segundos. ¿Quienes tendrán mas peso en el platillo de la Historia por venir? EL HUARPE

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