martes, 13 de diciembre de 2011

Primero vaciar, luego rellenar...

Puede decirse que todo comenzó con el control remoto, originando el zapping. Luego la cultura MTV de fraccionamiento a velocidad sin sustancia y con solo sensaciones particulares. Estamos informados pero no sabemos de que, sin análisis ni conclusiones, un preaviso de las drogas de rush que llevan consumir más y más. Se condiciona al cerebro a porciones salteadas, complementando con la incapacidad del ejercicio de la lectura profunda. Cuando veo la expresión bovina de la niña que le preguntan “cual es la calidad distintiva de Venecia” vemos el triste resultado: desconocimiento absoluto. Ignorantes cibernéticos, con Twitter, Internet, Black Berry, SMS, con implantes de auriculares perpetuos, fotos, videos, películas, todo en un movil inseparable… es fácil entender por que el 54% voto por una banda mafiosa. Captar su atención más de 10 minutos es imposible, van de un tema a otro, responden lo que no preguntaste, y viven su ensueño de Playstation. Este es otro componente condicionante para el Gran Hermano/a, donde se “vive” en un mundo virtual. Observo que cuando juegan los jóvenes, gritan y se entusiasman como si en realidad ellos estuviesen marcando el gol en una cancha inexistente, son Messi o Federer desde el living familiar. Creer que han hecho un gol cuando solo apretaron un botón, termina atando mentalmente a la pantalla y físicamente a la inacción. Se acepta entonces, reforzado por un monstruoso teatro, que el que ayer era el rey de los chorros, que manejo la corrupción, el lavado y el narcotráfico a niveles inigualables, por un pase mágico, en vivo y simultaneo, es evaluado como un gran político, compitiendo con Belgrano, San Martín o “superando” a Perón. Para que un vaso se pueda llenar, es necesario previamente vaciarlo. La diferencia entre generaciones es que mientras una usa meras herramientas hay una nueva que cree que eso, es la vida. EL HUARPE

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