sábado, 31 de marzo de 2012

La chorra y los chorritos

Cada vez mas Chabela!!! Si algo importante tengo para achacarle al peronismo, es su ciega obsecuencia llamada verticalismo. Ya dije que uno puede ser vertical al fundador de una idea, un partido, una manera propia de actuar, un Fundador. Seria absurdo pretender -como los Montoneros reconocen- querer enseñar peronismo a Perón: si no estas de acuerdo, no ingreses o andate. El fanático sicarlismo de los 90s o con los KK, demuestran una vocación de acomodamiento rentado tan nefasto como el del entorno de Chabela. Los inútiles defensores - hoy aplaudidores- de cualquier medida solo porque la expone el jefe o jefa, están a la vista con sus consecuencias. No hay límites, no hay asesoramiento, no hay voces de consejeros. Y se fomenta el autismo del conductor, agravado cuando el puesto le queda grande y como la boga trucha, su objetivo único es el cuatrerismo. EL HUARPE Votar presidentes con vices impresentables, formulas con personajes de prontuario no de curriculum, derrocamientos con la indiferencia popular de quienes años después, son considerados los mejores presidentes. Reiterativa situación de nuestra historia que habla de la escasa formación ciudadana para las elegir en las urnas o para considerar a sus gobernantes. No solo los buenos de hoy son revisados después –no durante- de sus mandatos y sobreviene la condena y el típico “Yo no fui” quien lo voto. También los pésimos son soportados y muchas veces reconocidos como mitos luego de su recambio o desaparición física. Retorcido proceso de calificación, inducido y manipulado la mayoría de las veces, provoca retornos a perpetuidad, de políticos que no lo merecen pero se aprovechan de tal realidad. La vocación de aplaudidores no solo esta en los monólogos por TV sino que se extiende por toda la sociedad. EL HUARPE

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