domingo, 8 de abril de 2012

Al pan, pan y al delito, marginalidad.

Los descomunicadores. Los personajes públicos que hablan frente a micrófonos, sin cuidado alguno de los términos que usan. Un delincuente cargado de piedras dice por TV que ellos no fueron: “la policía reprimió” aunque este tipo llego con una mochila llena de piedras y molotov al escenario. Un jefe de policía, Matzkin, dice que lo importante en un secuestro es “preservar las vidas” en un mismo plano tanto los secuestrados durante 5 horas como el delincuente. La reportera toma la posta y dice, muy suelta de cuerpo, que los ocupantes de la vivienda “fueron puestos en libertad”… ¡ellos estaban libres antes! En todo caso, “recuperaron” su libertad. Adultos jóvenes y aun adultos adultos, son “los chicos” no solo para la madre sino para el periodista y los titulares de los medios. La desinformación y la manipulación llegan también a través de estos errores idiomáticos, imponiendo paradigmas fuera de lugar pero útiles a la corrupción y al delito. Sea KK o no. Me pregunto ¿si hubiese castigos ejemplares para estos animales, habría tantos? ¿Cuando se dejaran de joder con los DDHH para los delincuentes? Es evidente que cuando la corrupción de los funcionarios es universal, aflojar las penas, es invitarlos a seguir afanando. ¿Nos damos cuenta de la trampa en que estamos? Los diputados votan a favor de leyes y ventajas para los delincuentes, los abogados las usan para sacarle guita a los choros y liberarlos, los jueces son comprados por el sistema, los presidentes miran para otro lado, ocupadísimos en nimiedades o negociados. Las sociedades se corrompen por la pobreza moral y económica impuesta por los gobiernos inútiles y la droga, los diputados salen de esa sociedad... EL HUARPE

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