miércoles, 15 de agosto de 2012

Los Chorros Kompañeros


Hemos conocido La Cortina de Hierro, La Cortina de Bambú, La Cortina de Azúcar que no permitía salir de la URSS, Vietnam o Cuba a sus habitantes. La Villa Argenzuela tiene su propia cortina, copia del socialismo bolivariano, es la Cortina de KK, que mediante el corralón de dólares y otras divisas, no permite viajar al exterior a sus ciudadanos. Para evitar protestas como en la época del conflicto con el campo, sus calles se ceden a grupos de “okupas” salidos de las cárceles, de la mano de las “ONG kirchneristas” como el Vatayon Militante. Ya hemos tenido actos criminales llevados a cabo por reincidentes luego de su salida negociada y ahora tendremos a los propios presos, liberados mediante las argucias promovidas por la Faraona, con total desfachatez. ARGENTINA RESISTE. EL HUARPE
Los KK prefieren estar "ayudando" a los asesinos y violadores, que a las victimas y sus familiares. Tampoco ayudan en escuelas rancho, ni a evitar el narcotráfico en las zonas de frontera.  Su naturaleza asociada a la de los Montoneros, aunque le moleste al alcahuete del Chino Navarro, los conduce siempre hacia el delito. Mal de los nervios esta la Faraona, si necesita una Fuerza de Choque mercenaria. EL HUARPE
Ojo porque se confunden las cosas a propósito, como siempre hacen los KK. Parece que el jefe penitenciario se justifica diciendo que siempre fue "militante". Como si un árbitro de futbol, hincha de algún club, se dedicara a pitar siempre a favor de sus preferencias porque antes ya era de tal o cual club. Con la gravedad que acá estamos hablando de delincuentes, no de deporte. Como si un cura, que ya al nacer tenia su pene, deba usarlo entre los feligreses y debamos aplaudirlo. La enfermedad de los KK de pretender tener razón en todo, no mostrar equivocaciones, y -derivado de lo que se define muy bien en el libro La Soberbia Montonera- ellos siempre estar con la verdad revelada, desconocida aun por el resto de los mortales. Señores, eso es LOCURA, y nos estamos dejando llevar a ella. EL HUARPE

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