sábado, 13 de octubre de 2012

Lysenkoísmo en Argenzuela


Romper una estatua de Roca. ¿Que tienen en la cabeza quienes actúan así? Probablemente son secuelas de acumulados Relatos, de mentiras y verdades a medias, que quieren que hoy la Patagonia debiera ser Mapuche, ni siquiera Tehuelche. Podríamos así exigir que El Eje y su ideología y métodos imperen en el mundo, en detrimento de Los Aliados. O que la Confederación gobierne a EEUU y hacer un relato que ningunee a Lincoln. Podríamos clonar a El Che y ser Comandante de America Libre, Waterloo no existió, Stalingrado tampoco, ni siquiera Independiente le gano 5 a 4 a Boquita. Esta epidemia de contra fácticas imposiciones para regocijo de los gorilas, podría imponer nuevamente el Libro Negro de Perón y suprimir su Retorno. Y hasta podríamos pedir que El General siga vivo y hasta que los Kirchner fueron combatientes y no usureros procesistas. Claro que también en Bariloche habría que traer a los verdaderos originarios y echar a patadas a los Mapuches a su Chile natal. Me va gustando la idea... Eso sí: Argentina le gano a Uruguay, intocable. EL HUARPE (originario)

 Si durante 35 años Lysenko obtuvo los favores y aceptación del poder que dirigía a medio mundo y se presentaba como el modelador del Nuevo Hombre y superador del Capitalismo occidental, como no entender a tanto desinformado en Argenzuela. Claro que el lysenkoismo condujo a una hambruna espantosa a la población rusa, al atraso económico productivo de esa nación y a la muerte tanto de los opositores de sus teorías como a los padecientes ciudadanos que veían mermar sus comestibles diarios.  Oponerse era ser considerado traidor al marxismo, defensor de ilusiones genéticas de la ciencia moderna y crucificado por la Nomenklatura. En Argenzuela el Relato nos lleva a una situación similar, donde los disparates de la mentira oficial llegan a ribetes patológicos de quienes los emiten.  Solo la ignorancia y el miedo al razonamiento, inducido por el poder actual, puede soportarlo aunque no dejar de sufrir las consecuencias.  De a poco se van abriendo al viento de la verdad, las espesas nubes que envuelven nuestra vida cotidiana.  Tanta mentira termina ahorcando al estafador, como al charlatán de feria insistidor que cae en sus propias falacias. No hay Lysenko ni Kirchner que dure aunque sea el pueblo quien los padezca. EL HUARPE

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