Insistir con el tema de la corrupción y nepotismo de Chávez o los
KK no va. Por lo menos no como antes, que un tipo se suicidaba si estaba en
juego su honor. Ese mundo se acabo, hasta en Japón. Hoy se justifica con el
espantoso “roban pero hacen”, tan peronista. Hay quienes votan al FPV porque la
abuelita cobra una pensión de limosna “que le dio Cristina” Ni siquiera una
casa o un titulo universitario, como en otras épocas peronistas de verdad, con
unas chirolas alcanza. Trepando por las justificaciones, algún intelectual irónicamente
te tira: “¿y que te crees que hacen los Rockefeller, Soros, Kennedy o Gates?” o “si los yanquis le compran el petróleo a Chávez
o le vendían trigo a los rusos”. Hoy la crítica
debe pasar por conceptos más posmo: ¿Qué pasa CONMIGO? Y tal vez ¿Qué pasa con MI
zona de confort? MI inseguridad, MI explotación laboral, MI falta de recursos, MI
derecho a la salud, MI derecho a estudiar, MI derecho a progresar (rápidamente
agrego), MI exclusión de la fiesta, son motivos. Y de inmediato, la segunda cuestión: ¿Y por
qué ELLOS sí? Como Cortazar en Casa Tomada, esa sensación de arrebato de lo
propio, ya sea un trabajo, una calle ocupada que impide circular, una casa
robada o una vida tronchada o “apenas” amenazada por un energúmeno, son
nuestros motivos de interés actuales. En solucionar esa preocupación, de
recuperar la tranquilidad, es donde debe trabajar todo político que aspire a
llegar. Suena egoísta, insolidario pero
ese es el campo donde nos movemos, casi un hombre de las cavernas siglo 21. Un
nacionalista primario. EL HUARPE
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