sábado, 5 de enero de 2013

Que los imberbes 2013 no sean estupidos 1974


“Yo no hago política, siempre fui peronista…” la frase del Mono Gatica podría atribuírseme sin problemas.  Claro que con los años se va matizando de historias, vivencias, enfoques y cambios en su significado.  Un peronismo inconciente de mi infancia, sufriendo los golpes gorilas del 55 y sus consecuencias en la escuela, el barrio y hasta en los juegos con otros chicos, donde descubrimos que algunos no eran peronistas, sorpresivamente. Los cambios en la temática escolar, donde pasaban de ser Mamá y Papá a un tirano prófugo (¿qué es eso?) A partir de allí, no existíamos, éramos cristianos sin catacumbas, pero con discos escuchados a media voz en la cocina del fondo de la casa, para evitar denuncias. Crece la rebeldía con los años, siempre entre relatos de Resistencia, gremialismo luchador, gobiernos fusiladores.  Cartas, discos, aviones negros que nunca llegaban, todo era Perón en una historia oficial que lo negaba. Huelgas estudiantiles nos preparaban para lo otro que venía, sin darnos cuenta.
Llego el trabajo junto con el estudio y la motoneta. Perón cada vez más lejano estaba cada vez más cerca y más grande. Películas, luchas, compañeros, ¡compañeras!, libros, discusiones después del nocturno, sin que acostarnos todos los días tarde nos impida laburar a la mañana próxima. “La vida por Perón”. Y muchos la dieron… a otros se las sacaron. Fui gremialista sin sueldo, como mi tio, orgullo familiar ¿“Militantes”? No…, ¡trabajadores, y compañeros!, militantes era como camarada, eso era del zurdo que nos revoloteaba. Se fue espesando el caldo de gato y salieron mas fierros, para pelearle a la policía – ni tira, ni cobani – cada vez más dura. Y se extendió del laburante al estudiante, incluso a la universidad, ser peronista. Nos calentaban las chicas sin corpiño, saltando en los actos, de libro y anteojito… ¡Estábamos todos! Ya no éramos subterráneos del 55 sino revolucionarios del 73, protagonistas en primera. 
El lío empezó cuando todos decían que eran los mas importantes: la CGT porque resistió siempre, los políticos porque volvieron luego y los estudiantes porque “sabían” mas. En el fondo, no era eso.  Era peronismo con o sin Perón. Perón volvía en charter y abajo se mataban, los fundamentalistas teóricos sin fundamento en los cimientos del pueblo.  Empezaban las grandes traiciones en el Movimiento que hace de la Lealtad su valor más notable. Se llevó al dentista Cámpora de la mano de los imberbes estupidos que gritaban y no quisieron escuchar, arreados por los que vendieron la sangre derramada,.  Como hoy, ese sector gusta de escucharse a si mismo, de escribir su propia versión histórica, sin reconocerse gorila. Las 20 verdades los señalan, las muertes a compañeros los condenan, los robos los desnudan ante el mundo, la locura perenne los separa del cuerdo y el honesto. Nos asquea tanto su corrupto oportunismo como su abandono de los humildes, fomentando la proliferación del despojo. Dormir con el enemigo es equivocación, no dejarlo levantarse es justicia. EL HAURPE

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