¿Por qué tanta gente sintió húmedas sus pupilas
cuando salio Bergoglio al balcón como nuevo Pontífice? Mi opinión es porque
sentimos que se reconocían valores y dignidades tan atacadas hoy por la actual
sociedad. Un Reconocimiento enorme para quienes no abandonan su línea, su
conducta de vida. Y que sirve también para reconocer un poquito a cada uno de
los que pretendemos vivir así, desde nuestro lugar, sin caer en los vicios contemporáneos.
Para darnos cuenta que no todo está comprado, que en esa Iglesia con tanta
entrega al mal, hay entrega al bien. Para reconocer entre los hombres publicos y privadisimos, a los que no estan contaminados. Para darnos cuenta que no todos somos
iguales, políticos, empresarios, empleados, sindicalistas, clérigos, maestros,
presidentes. Unos usaron chicanas, picardías, mentiras para ocupar sus puestos,
otros, trabajo honorable. La lección que nos da este acontecimiento es que los
buenos pueden unirse para encontrar la salvación, aun a costa de grandes encontronazos
con la corrupción reinante. Un camino que transitaron ya San Martín, Perón y
ahora Bergoglio inicia. Ayudemos para que tenga mejor recorrido que los otros
dos y no se defrauden tantas expectativas. EL HUARPE
No hay comentarios:
Publicar un comentario