Aceptamos en todos los ordenes, un
falso profesionalismo. Los jugadores de futbol, después de comerse una goleada
o no ganar un gol, “bueno, ya paso… ahora a trabajar y pensar en el próximo partido”
como si nada de lo que paso tuviese consecuencias irreversibles. Imagine un comisario
al que se le escapo una banda asesina: “bueno, ya paso… ahora lo que importa es
el próximo atraco”. Los políticos que no cumplen con una gestión que le fue
encomendada al votarlo, responden con desaguisados de otra época o de otros políticos,
como si no responder sobre sus actos, los corrigieran automáticamente. El público
se acostumbró también: vamos a las canchas, pagamos viajes, entradas, sufrimos
trapitos, barras, robos o peligros mayores, para ver un espectáculo lamentable
y reiterado. A los políticos los votamos porque venimos de familia peronista o
radical o socialista, o porque no me preocupo por ver si hay otro mejor en otro
partido o no voy a la UB o al comité. La policía echa la culpa a los jueces,
los jueces a los legisladores, los legisladores a la obediencia debida al
ejecutivo y el “Proyecto”. Los periodistas no repreguntan, al escuchar
respuestas que mínimamente seria de un descerebrado o caradura en otro país. Todo
“profesionalmente” aceptado, como sin opciones, como zombis y no como
ciudadanos. Dignidad, orgullo, honradez, deber cumplido, excelencia, humildad,
conocimiento, capacidad, ausentes por el “profesionalismo” falso ya que son
valores que todo profesional cuenta. Cuando aceptamos que un corrupto vuelva,
que un camarillero vuelva, que un buenudo incapaz vuelva en vez de enviarlo a
su casa – o la cárcel, depende el caso- nos suicidamos a conciencia. La vida se
construye con los que hacen, no con los que están en la tribuna. Elijamos bien,
exigiendo cumplimiento de funciones y realizando el Control de Gestión
nosotros. En un hospital, en la política o en el futbol. ¿Cuántos futbolistas “profesionales”
no sirven ni como alcanza pelotas? ¿Y los políticos? Argentina se va al
descenso, a Argenzuela, si no tenemos esto en claro. EL HUARPE
No hay comentarios:
Publicar un comentario