martes, 15 de abril de 2014

LA PALABRA EN TECNÓPOLIS... o el reconocimiento de la Incapacidad fáctica de los politicos


¿LA DUDA ES LA JACTANCIA DE LOS INTELECTUALES (ALDO RICO) O LA EVIDENCIA DEL QUE NO SABE?

¿Notaron algo en nuestra Historia Nacional? Una constante en distintos gobiernos y su relación con la ciudadanía. No importa el signo ideológico, no importa si es civil o militar, no importa si asume con elecciones, con golpes civiles o militares, con entornos caóticos u ordenados, todos siguen el mismo patrón. A las intenciones programáticas o declamadas del comienzo, comenzando el desarrollo del mismo y confrontando con las situaciones reales se van apartando de aquellas declamadas promesas. Incluso negociando –rebajando- aspiraciones y cediendo posiciones como si chocaran contra un muro. Menem lo resumió en su consigna “síganme, no los voy a defraudar”. Pues sí, no solo defraudo sino que cambio totalmente el rumbo, y no fue el único. Pasaron así “manos limpias”, “orden y desarrollo”, procesos para la reorganización nacional, revolución argentina, revolución libertadora todos quedaron desvirtuados cayendo precisamente en sus opuestos. Ni libertad, ni argentinización, ni reorganización y mucho menos aniquilar la subversión empardan con desarrollos, manos limpias, democracias que curan, que alimentan y que educan, revoluciones productivas e inclusiones y derechos humanos.  Incapacidad o facilismo irresponsable, corrupción o debilidades han jalonado décadas de desgobiernos que destruyen ilusiones en los mismos que los apoyaron o votaron, que pasan a ser sus principales opositores. Hay nuevos actores últimamente: corrupción y narcotráfico sin límites a la vista, agravan el cuadro. La corrupción viste variados ropajes, no solo económico financiero, mordiendo la excelencia educativa, las costumbres y urbanidad en el trato, la anomia generalizada, la negación del trabajo y el esfuerzo como medio de progreso personal y familiar, el abandono del respeto a mayores, niños y mujeres, la reversión de escalas de valores, el desconocimiento de obligaciones para luego tener derechos. El narcotráfico y la desnutrición cierran pinzas sobre las familias, negando la capacidad cognitiva y el raciocinio, acercándonos al planeta de los simios. Un político debe tener un currículo no  un prontuario, y presentar un plan completo con objetivos a cumplir, mostrando como hacerlo y con quienes. Debe contarse con los grandes ausentes en las administraciones actuales: eficaces controles de gestión, permanentes y en manos de idóneos. La palabra debe ser un vehículo, no un fin en sí mismo. La Biblia dice que al árbol se lo reconoce por sus frutos, como a los hombres por sus acciones y a los gobiernos por sus obras. EL HUARPE

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