VALORES Y PRINCIPIOS… Las expresiones de CFK de los últimos
meses nos obligan a preguntarnos si es consciente de sus palabras y de sus
hechos. Tanta interpretación caprichosa
de la realidad, de la historia, incluso de las circunstancias mundiales a los
que es tan afín la señora en sus verborragicas incontinencias, llevan a la reflexión
compartida por tantos si es mentira o equivocación. Vemos que algunos de sus
oyentes, por complacer o por convencimiento asienten a sus dichos y también es
llamativo. ¿No se dan cuenta por la anunciada falta de neuronas por mala alimentación
y desnutrición infantil? ¿Son adictos a alguna droga que afecta su capacidad de
raciocinio? ¿Forman parte de las tribus juveniles con dificultades para
comprender textos que alcanza porcentajes demoledores en nuestro país? ¿Abandono
de la búsqueda de la Verdad, aceptando cómodamente lo primero que nos dicen? ¿Falta de lectura –los
libros y el habito se ha perdido hace mucho, reemplazado por los resúmenes manipuladores
y comentarios inciertos de redes sociales? Ya la televisión, primer escalón
descendente, ha quedado como obsoleta
para informarse para muchos. Las personas tienen filtros para comunicarse –recibir,
emitir e interpretar- como primera trinchera del cerebro. Luego están los
valores y principios resultantes en un conglomerado similar a casi todos. Por
lo menos reconocido ante los demás. Lo que define una personalidad ética es el
orden de esa escala de valores, que esta primero y que después. Si primero está
la honradez, difícilmente transija con la corrupción pero si la familia es lo
primordial, puede estar flojo de papeles en decencia. Un ejercicio para esto es
escribir 20 valores personales y luego ir tachando de a uno por importancia
subjetiva. Tachar el considerado menos “valor” que otros le da el orden: el
primero en testar ocupa el puesto vigésimo, y así vamos subiendo en la lista.
Si se hace reflexivamente nos da una pintura de nuestro comportamiento futuro y
sus justificaciones. Ahora bien, es evidente que los KK dejan la honradez y la
probidad de los funcionarios en lugares lejanos a la cúspide. De allí que
veamos que nadie se pone colorado por Jaime, Budu o cualquier otro testaferro
de los Kirchner. Tal vez sirva también para distinguir por que hay gente del
otro lado de la llamada Grieta Nacional que hasta ayer eran familiares. Es que
como las situaciones límite, la Escala de Valores desnuda sin dejar nada a la imaginación.
EL HUARPE
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