sábado, 10 de mayo de 2014

NO IMPORTA CUALES, IMPORTA DONDE ESTAN.

VALORES Y PRINCIPIOS… Las expresiones de CFK de los últimos meses nos obligan a preguntarnos si es consciente de sus palabras y de sus hechos.  Tanta interpretación caprichosa de la realidad, de la historia, incluso de las circunstancias mundiales a los que es tan afín la señora en sus verborragicas incontinencias, llevan a la reflexión compartida por tantos si es mentira o equivocación. Vemos que algunos de sus oyentes, por complacer o por convencimiento asienten a sus dichos y también es llamativo. ¿No se dan cuenta por la anunciada falta de neuronas por mala alimentación y desnutrición infantil? ¿Son adictos a alguna droga que afecta su capacidad de raciocinio? ¿Forman parte de las tribus juveniles con dificultades para comprender textos que alcanza porcentajes demoledores en nuestro país? ¿Abandono de la búsqueda de la Verdad, aceptando cómodamente  lo primero que nos dicen? ¿Falta de lectura –los libros y el habito se ha perdido hace mucho, reemplazado por los resúmenes manipuladores y comentarios inciertos de redes sociales? Ya la televisión, primer escalón descendente,  ha quedado como obsoleta para informarse para muchos. Las personas tienen filtros para comunicarse –recibir, emitir e interpretar- como primera trinchera del cerebro. Luego están los valores y principios resultantes en un conglomerado similar a casi todos. Por lo menos reconocido ante los demás. Lo que define una personalidad ética es el orden de esa escala de valores, que esta primero y que después. Si primero está la honradez, difícilmente transija con la corrupción pero si la familia es lo primordial, puede estar flojo de papeles en decencia. Un ejercicio para esto es escribir 20 valores personales y luego ir tachando de a uno por importancia subjetiva. Tachar el considerado menos “valor” que otros le da el orden: el primero en testar ocupa el puesto vigésimo, y así vamos subiendo en la lista. Si se hace reflexivamente nos da una pintura de nuestro comportamiento futuro y sus justificaciones. Ahora bien, es evidente que los KK dejan la honradez y la probidad de los funcionarios en lugares lejanos a la cúspide. De allí que veamos que nadie se pone colorado por Jaime, Budu o cualquier otro testaferro de los Kirchner. Tal vez sirva también para distinguir por que hay gente del otro lado de la llamada Grieta Nacional que hasta ayer eran familiares. Es que como las situaciones límite, la Escala de Valores desnuda sin dejar nada a la imaginación. EL HUARPE

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