Si las medias
verdades son las peores mentiras del Relato KK, preguntarse a estas alturas que
avergüenza de Aramburu, como si fuese un santo de la espada, es otra forma de
quedar en ridículo y darle pasto a los defensores de la guerrilla, fáctica y la
otra tan insidiosa: la ideológica. Así como no puede ignorarse que el golpe del
76 fue pedido y aplaudido por la mayoría del pueblo, ignorante de lo que se
venía en realidad, tampoco debe soslayarse la alegría que se vivió en ese mismo
pueblo cuando se supo de la muerte de un faccioso que permitió el bombardeo de
Plaza de Mayo, sobre inocentes argentinos. Tampoco los
fusilamientos posteriores al 55, con un revanchismo ciego que dio origen a la
Resistencia Peronista y agrandando la figura proscripta de todo peronista, malo
o bueno. Cuando las notas las escriben aquellos viejos gorilas sedientos de
sangre, a las pocas frases les brota su bestialidad, aunque escriban sin faltas
ortográficas y una pulida sintaxis. Aramburu fue tan asesino como Videla,
Masera, López Rega, Fito Ponce, Firmenich, Kunkel o el Perro Verbitsky, entre
tantos. El péndulo de la verdad, sigue moviéndose en Argenzuela ahora, en ese
maldito movimiento que tanto nos perjudica con sus extremismos. Algún día la
Justicia tendrá su venda bien puesta. EL HUARPE
“Saliendo de
la Segunda Guerra Mundial, la Argentina era el séptimo país más rico del
mundo..." Dijo Singer. La falacia
que siempre se usó contra el peronismo, y Perón en particular ¡hasta nuestros
días! Una cosa es un país con saldos a favor, reservas importantes, pagares a
cobrar y otra ser un país rico. Porque para que esto se cumpla, debería tener
una población cuidada, alimentada, educada y curada y una infraestructura
nacional excelente. No era el caso de Argentina después de la Primera Década
Infame, que origino el golpe del 43. Mucho se capitalizo comprando empresas en
manos extranjeras, y las obras inocultables incluso para la Revolucion
Fusiladora, quedaron en pie hasta hoy. Hospitales, rutas, diques, escuelas y
universidades, fabricas por doquier, trabajo genuino y también errores, claro.
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